Día: 12 marzo, 2024
CARLOS III. NEGATIVA A RECONOCER COMO REY AL PRETENDIENTE CARLOS EDUARDO ESTUARDO. 1766
El pretendiente jacobita al trono de Gran Bretaña, Carlos Eduardo Estuardo, residente en Roma, donde su hermano el Duque de York era cardenal, solicitó que el rey de España y su madre, Isabel de Farnesio, lo reconocieran como rey. Carlos III se negó aduciendo que para ello era necesario actuar conjuntamente con Francia y Parma, si bien se facultaba al embajador español Tomás Azpuru a trasladarle “de palabra” las simpatías del monarca español.
(España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte A. M. AA. EE. Santa Sede legajo 215)
Han recibido el Rey y la Reina Madre las cartas del Príncipe Carlos Eduardo que incluye V. S. en la suya de 6 del corriente; pero no le responderán sus Majestades por las mismas razones que median para no reconocerle con el carácter de Rey Británico.
No obstante, como S. M. de ningún modo quiere aumentar la aflicción de este Príncipe, le manifestará V. S. de palabra en su Real nombre, y el de la Reina su Madre, lo mismo que manifestó al Cardenal Duque, esto es, que S. M. se interesa y desea contribuir a sus satisfacciones; pero que en el asunto de que trata, es indispensable convenirse con las Cortes amigas antes de responderle, siendo varias las que deben concurrir para el logro de sus deseos.
Queda S. M. enterado de todo lo que V. S. participa relativo a este Príncipe, y siente la inconsideración de Viviani al haber escrito al Nuncio de Florencia el papel de que V. S. remite copia. Con esta fecha le digo que S. M. admira que un Ministro suyo se haga mensajero de los Ministros de otras Cortes sin orden para ello y sin reparar en las consecuencias que suelen traer estas oficiosidades.
Dios guarde a V. S. muchos años.
El Pardo a 25 de febrero de 1766.
El Marqués de Grimaldi a Tomás Azpuru.
*Selección y transcripción de Enrique Giménez López, 2017, bajo licencia Creative Commons “Reconocimiento – No comercial”. El autor permite copiar, reproducir, distribuir, comunicar públicamente la obra, y generar obras derivadas siempre y cuando se cite y reconozca al autor original. No se permite utilizar la obra con fines comerciales.
El Tiempo de los Modernos en el siglo XVIII 