Guerra de los siete años

CARLOS III. DETENCIÓN EN ALICANTE DE BUQUES EN TRÁNSITO PARA PORTUGAL POR LA DECLARACIÓN DE GUERRA. 1762

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En enero de 1762 España entró, en coalación con Francia, en la Guerra de los Siete Años contra Inglaterra y su aliada Portugal. Como consecuencia de ello el corregidor y gobernador militar de Alicante ordenó confiscar los barcos que transportaran mercancías para Lisboa, lo que hizo con las que cargaban trigo, de bandera de Liorna y Dinamarca.

(España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte A. G. S. Guerra Moderna legajo1.378)

            En consecuencia de la orden que se le comunicó para evitar que las embarcaciones españolas hiciese viaje  a los puertos de Portugal, y con motivo del rompimiento con aquella Corte, a detenido en el Puerto de Alicante una embarcación Liornesa con cargo de trigo destinado a Lisboa, de que dio cuenta al Capitán General, y éste se lo aprobó, previniéndole hiciera desembarcar el trigo y venderlo a los precios corrientes, lo que así se ejecutó.

            Igualmente ha llegado al mismo Puerto otra embarcación Dinamarquesa con el cargo también de trigo para el propio destino, la cual ha detenido, y está descargando el buque, tanto por su providencia, como para repararse; y pregunta el Gobernador si deben seguir esta conducta con las demás embarcaciones que lleguen a aquel Puerto, o se le prevenga como debe gobernarse.

Sobre la detención de esta última embarcación ha pasado un oficio el Ministro de Dinamarca en esta Corte, solicitando se le ponga en libertad.

            27 de enero de 1762.

            El Gobernador de Alicante.

*Selección y transcripción de Enrique Giménez López, 2017, bajo licencia Creative Commons “Reconocimiento – No comercial”. El autor permite copiar, reproducir, distribuir, comunicar públicamente la obra, y generar obras derivadas siempre y cuando se cite y reconozca al autor original. No se permite utilizar la obra con fines comerciales.

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CARLOS III. ENTRADA DE ESPAÑA EN LA GUERRA DE LOS SIETE AÑOS Y CONFISCACIÓN EN ALICANTE DE UNA FRAGATA INGLESA. 1762

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Detención por el corregidor y gobernador de Alicante de una fragata inglesa de 18 cañones con 4.000 quintales de bacalao, que quedaron embargados. Su tripulación se sumó a los ingleses ya presos en el castillo de la ciudad, que sumaban 131 hombres, con temor a que se produjera una revuelta por falta de suficiente guarnición para su custodia

(España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte A. G. S. Guerra Moderna legajo 1.378)

            Exmo Sr.

            Muy Sr. mío: Consecuente con la noticia que di a V. E. el día 13 del corriente de la llegada y detención en este puerto de una fragata inglesa, que en el mismo día y poco antes de salir el correo dio fondo en él, siendo este buque de diez y ocho cañones, el cargo de cerca de cuatro mil quintales de bacalao y la tripulación de veinte y seis hombres, dispuse sacarlos a tierra y ponerlos en la torre de un baluarte, y que mediante instancia del interesado inglés se vendiese con las formalidades que me tiene prevenido el Sr. Marqués de Esquilache el citado cargo de bacalao, que se ejecutó así al precio de cinco pesos, trece reales y veinte y seis maravedíes vellón: y a fin de evitar gastos, como a todos los navíos ingleses se les habían quitado el timón y velas, dispuse quedasen en cada uno para su custodia solos cuatro hombres del país, y uno o dos marineros ingleses, y habiéndose una de estas noches pasadas retirado a tierra uno o dos de los cuatro hombres para recuperarse de un accidente que les sobrevino, válidos de esta ocasión el piloto y un marinero que estaban en uno de los citados navíos, se pusieron sobre la lancha, y proveyéndose de algún poco comestible hicieron fuga al parecer llenos de temor con la declaración de la guerra, y como fue a media noche, de aire bastante recio, no se ha podido saber de ellos.

            Con esta ocurrencia pareció conveniente retirar desde luego de los demás navíos los pocos ingleses que había, subiéndolos al Castillo; y precisando este hecho a hacer nuevas reflexiones sobre el despacho de esta gente, no puedo dejar de reiterar a la consideración de V. E. los cuidados en que me tienen el haber en dicho Castillo ciento y treinta y un hombres de esta Nación, sin contar cuatro que están en el Hospital enfermos, que aunque están en el gran Cuartel, siendo como es tan poca la guarnición, que sólo alcanza a cuarenta hombres y dos oficiales, no teniendo de donde desanar más por faltar mucha gente a este segundo batallón de Guadalajara, y además de esto salido, en virtud de órdenes que se me comunicaron, algunos piquetes con destino, hace recelable cualquier fragente, que debiendo precaver, espero se sirva V. E., o bien tomar el medio con que se desocupe el Castillo, o ya proveerme de tropa competente para su custodia, o expedir aquella providencia que V. E. estime más conforme al sosiego de los recelos que amenazan.

            Nuestro Señor guarde a V. E. muchos años como deseo.

            Alicante, 27 de enero de 1762.

            José Juan Ladrón de Guevara a Ricardo Wall.

*Selección y transcripción de Enrique Giménez López, 2017, bajo licencia Creative Commons “Reconocimiento – No comercial”. El autor permite copiar, reproducir, distribuir, comunicar públicamente la obra, y generar obras derivadas siempre y cuando se cite y reconozca al autor original. No se permite utilizar la obra con fines comerciales.

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CARLOS III. INFORME DE SIMÓN DE ANDA SOBRE LA ACTITUD DE LOS FRANCISCANOS EN FILIPINAS DURANTE LA GUERRA DE LOS SIETE AÑOS. 1769.

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El que fuera oidor de la Audiencia de Manila y Gobernador de Filipinas entre 1762 y 1764, y que volvería a ocupar ese cargo en 1770, informa a petición del Consejo de la actitud leal a la monarquía de los franciscanos en Filipinas durante la Guerra de los Siete Años con Inglaterra, en contraste con la colaboración de los jesuitas con los ingleses en 1762 durante la toma de Manila. Simón de Anda apoya la pretensión del franciscano fray Bernardo del Corral a una capellanía que los jesuitas servían hasta su expulsión en la fortaleza de Zamboanga, en la isla de Mindanao.

* (España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte  A. G. S. Gracia y Justicia legajo 690)

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1769 7 4 FILIPINAS FRANCISCANOS

Señor.

Fr. Bernardo del Corral, de los Descalzos de N. P. S. Francisco de la Provincia de San Gregorio de Filipinas, ha acudido al Consejo en el Extraordinario exponiendo el celo que desde el año de 1752 ha manifestado en la predicación del Evangelio, en honor de la Corona, y en servicio de V. M. en aquellas Islas, especialmente en las de Mindanao con  motivo de las invasiones de los Mahometanos y la última de la ingleses, durante las cuales dice tuvo que sufrir mucho por parte de los Regulares de la Compañía extrañados, a causa de los socorros que facilitaban a los enemigos en las Plazas de Manila y Cavite, y en otros parajes.

Explica las instancias que antes ha hecho a V. M.  en solicitud de varias concesiones compatibles con el servicio a V. M. y el alivio de dos hermanas a quienes desea socorrer; pero habiendo quedado vacantes por la expulsión de dichos Regulares las Capellanías de dos de éstos servían en una fortaleza o Presidio con el título de Nuestra Señora del Pilar, llamado comúnmente Samboangan, situado en la referida Isla de Mindanao, solicita se le conceda la Capellanía mayor de dicho Presidio, con la asignación anual de 500 pesos y 100 fanegas  de arroz con cáscara de a 48 gantas, permitiéndole tener en su compañía  un religioso de su Orden y Provincia a elección suya con el situado de 250 pesos y 100 fanegas de arroz anuales.

En su vista, y de lo expuesto por el Fiscal de V. M. Pedro Rodríguez Campomanes, se remitió esta instancia a D. Simón de Anda y Salazar para que informase acerca de ella lo que se le ofreciese y pareciese, como lo ejecutó en esta forma:

Ilmo. Sr. Devuelvo a V. I. la instancia original del P. Fray Bernardo del Corral que de orden del Consejo se sirvió V. I. remitirme en papel de 26 de febrero de este año para que sobre su contenido informe lo conducente para la plena inteligencia del Consejo, y en su cumplimiento digo: que en cuanto a los servicios que esta parte dice hizo desde el año de 52 hasta que fueron los ingleses, no puedo dar razón, porque no me hallaba en Manila, pero los tengo por ciertos, mediante constarme ser los Padres Franciscanos los que administran en lo espiritual la Provincia de Fayabas y ser esta frecuentemente acometida por los Moros, en cuyos apuros son los PP. los que tienen que ayudar y esforzar a los Indios para su defensa, y siendo como es cierto que este P. sirvió de Ministro doctrinero en aquella Provincia es regular lo que representa en el asunto.

Por lo que mira a los servicios de en tiempo de la Guerra (que es de lo que puedo hablar) dio que hallándome al principio de ella sin soldados, armas, ni pertrecho alguno, y en la precisión por mi empleo de defender por mi empleo aquellos dominios, me valí de todos los medios que permitió la necesidad, y viendo que el enemigo era dueño del Rio de Manila, navegable hasta la Provincia de la Laguna de Bay y Tayabas; y que yo no tenía fuerzas algunas en aquel tiempo par embarazarle el paso fue preciso conmover  y animar a los Indios de ellas, para lo cual me valí d los mismos Padres como inteligentes en el idioma del País, y a quienes obedecen aquellos naturales, nombrando como de hecho nombré, y despaché títulos en forma del modo siguiente: al P. Fr. Francisco Rosado de Brozas de Comandante de la Provincia de la Laguna, con el nombre de D. Francisco de Toledo; al P. Fr. Francisco de Torrecilla el de Ayudante mayor de la misma Provincia con el nombre de D. Francisco de Salazar; al P. Fr. Bernardo del Corral de Comandante de las Provincias de Balayan, Cavite, y Fondo con el nombre de D. Juan de Laras. A Fr. Miguel Victoria el de Capitán de Infantería, con el nombre de D. Miguel de Valladolid; a Fr. Manuel de la Puebla el de Capitán de Caballería, con el nombre de D. Pedro de Lara; a Fr. Miguel Pardo lo mismo con el nombre de D. José García, y a Fr. Antonio de Toledo el de Capitán con el propio nombre.

Se armaron a su uso los naturales con flechas y lanzas, y se pudieron en movimiento estas Provincias, dirigiéndose a Manila, donde se hizo correr la voz de que con la gente del Rey iban 20.000 Bojolanos, gente feroz y muy aguerrida, con lo cual se consternaron los ingleses y sirvió mucho esta expedición para contenerlos, hasta que los PP. de la Compañía les dieron entrada en sus Pueblos, y de ellos se internaron en la Provincia de la Laguna, de donde costó mucho arrojarlos.

En estos encuentros, sabiendo que los PP. seguían el partido de lo enemigo, di orden para prender al hermano Olegario Llorentí, Coadjutor de la Hacienda de Calamba, porque negaba los víveres a los del Partido del Rey, y es cierto que la prisión la hizo el P. Corral, como también lo es cuanto refiere en su representación acerca de los excesos de los expresados Padres contra el partido de S. M., y que por haberse seguido este Padre con los de su religión, exceptuando dos o tres, se declaró contra todos, especialmente contra el referido, después que tomamos posesión de la Plaza, una nueva Guerra, y persecución tan viva que a no haberme Comisionado por el nuevo Gobernador para serenarla, hubieran sido muy escandalosas sus resultas.

Concluyo con que me consta, porque lo vi, que esta parte como buen Vasallo, acreditó su fidelidad y celo al Real servicio en los lances tan estrechos en que nos vimos con el enemigo, por lo que le contemplo acreedor a que S. M. le atienda en su pretensión que me parece arreglada, pues siendo dos los Padres Franciscanos que se han de mantener, no es excesivo el estipendio que pide, no teniendo estos ni usando el arbitrio del comercio que los expulsos; Esta idea puede ser muy útil al servicio del Rey y de aquellas Islas haciendo dos encargos particulares a este Padre en nombre de S. M.: uno es el beneficio de la canela de que se componen los abundantes montes de Mindanao; otro es que se instruya del gobierno interior de este Reino y del de Joló, dando cuenta al Gobierno de Manila para que así se arbitren medios de ponerles freno, pues son nuestros declarados enemigos, que con sus piraterías y cautiverios destruyen las Islas.

*Selección y transcripción de Enrique Giménez López, 2017, bajo licencia Creative Commons “Reconocimiento – No comercial”. El autor permite copiar, reproducir, distribuir, comunicar públicamente la obra, y generar obras derivadas siempre y cuando se cite y reconozca al autor original. No se permite utilizar la obra con fines comerciales.

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CARLOS III. TESTIMONIO DE LA RECUPERACIÓN DE MANILA A LOS INGLESES Y ESTADO DE LAS FILIPINAS. 1765

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Tras la ocupación de Manila por los ingleses en 1762 por veinte meses durante la Guerra de los Siete Años, el jesuita Eugenio Carrión, en Filipinas desde 1750, escribe al sacerdote del colegio Imperial de Madrid José de Rueda informándole de la situación de la capital, la interinidad del gobernador Francisco Javier de la Torre, a la espera del nuevo gobernador, José Antonio Raon, los problemas con los indígenas musulmanes en el archipiélago de Bisayas, y ofrece noticias poco esperanzadoras de las misiones en China y de la situación de la orden ignaciana, sometida en su opinión a una tempestad “que azota todo el vasto cuerpo de la Compañía”.

* (España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. A. G. S. Gracia y Justicia LEG. 691)

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1765 7 8 RECUPERACION DE MANILA

Mi Sr. José de Rueda.

Después de nuestras desgracias acaecidas con la toma de Manila por los ingleses, vamos respirando un tanto. No han faltado después acá trabajos, pero han sido con alivio.

El año pasado quiso Dios traernos con felicidad el Navío Santa Rosa con las paces firmadas y nuevo Gobernador interino para estas Islas. Por no haber quedado otro barco, aderezaron el ya dicho Santa Rosa, y ya le tenemos dado fondo de vuelta trayéndonos del Sr. Gobernador en propiedad D. Francisco Raon. Aquí está el principio de la recuperación de estas Islas.

Por lo demás se pudiera temer la total ruina de estos dominios, según lo sueltos que andaban los Moros matando y captivando por Bisayas. El Sr. Gobernador interino ha puesto a Manila en estado de mejor defensa contra las potencias europeas, abriendo en su contorno un foso muy capaz y unas trincheras bien elevadas. Si antes eran necesarios ocho mil europeos para tomarla, ahora serán necesarios catorce o diez y seis mil.

No se duda que el presente Sr. Gobernador perfeccionará estas obras; y que pondrá más calor en reprimir la audacia de los Morillos. Con esto volverá a florecer el comercio de Bisayas casi necesario para la conservación de esta Capital.

A nuestros amigos los ingleses ha sentado Dios la mano muy bien en la retirada. Baste decir que de catorce Navíos han perdido los siete, y casi la mitad de la gente que trajeron acá, que fueron en toco como ocho mil hombres. Les ha salido ciertamente su escapada la galga. Cruel miseria fugitivo Eneas, etc.

Des estado infeliz en que han quedado las Misiones del Imperio de la China, ya tendrán V. Rs. noticias ciertas por los SS. Portugueses mandados llevar a Europa por su no Rey. Ese no soy Rey que dijo al tiempo de los temblores, y que nos ha hecho ver después con nuestras desgracias. ¿Qué se ha hecho el P. Maestro Manuel Guevara adocenado con los portugueses? Se ha muerto, o se ha restituido a nuestra Provincia toledana. Si vive, muchas memorias.

Por los dos Padres portugueses (que de antemano habían venido aquí de Provinciales, y que por esta causa no cayeron en las garras del gavilán) hemos tenido las últimas noticias, que se reducen a decir: han quedado como unos treinta Padres en aquel Imperio. Unos diez u once en la Corte de Pequín, y los demás repartidos por sus vastas Provincias. Los de la Corte están descubiertos con licencia del Emperador, y los demás andan a sombra de tejado. Pero unos y otros faltos de los socorros que les solían remitir de Goa. Dios los socorra y de alientos para salir a la orilla después de tan brava tempestad, y a todos nos saque con el bien de la otra que azota todo el vasto cuerpo de la Compañía.

San Pedro Macati y julio 8 de 1765.

Eugenio Carrión.

  1. D. Suplico a V. R. comunique ésta al P. Rector Orea como uno de aquellos bocadillos que se le suministraban cuando era vuestro Bedel en nuestra Escuela de Murcia.
    *Selección y transcripción de Enrique Giménez López, 2017, bajo licencia Creative Commons «Reconocimiento – No comercial». El autor permite copiar, reproducir, distribuir, comunicar públicamente la obra, y generar obras derivadas siempre y cuando se cite y reconozca al autor original. No se permite utilizar la obra con fines comerciales.

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