Franciscanos

CARLOS III. INTERÉS POR LA BEATIFICACIÓN DE FRAY ANTONIO MARGIL, EVANGELIZADOR DE AMÉRICA. 1773

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Manuel de Roda traslada al embajador español en Roma la satisfacción de Carlos III por las gestiones efectuadas por éste ante la Congregación de Ritos que examinaba los escritos del franciscano Antonio Margil de Jesús, quien desde fines del XVII hasta su muerte en México en 1726 se dedicó a evangelizar como misionero desde Texas a Guatemala. Pese a los buenos augurios el proceso de canonización no prosperó.

(España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte A. M. AA. EE. Santa Sede legajo 222)

            He hecho presente al Rey la carta de V. S. de 27 de mayo próximo, en que avisa, que estando para juntarse la Congregación destinada para la vista y examen de los escritos del Venerable Siervo de Dios Fr. Antonio Margil, Misionero Apostólico de la orden de observantes de San Francisco, había V. S. recomendado este punto en el nombre de S. M. a los Cardenales y demás sujetos que componían la referida Congregación; y que se ha logrado el feliz expediente que se deseaba, a excepción de diez Cartas, como se acredita del Decreto original que V. S. acompaña.

            S. M. enterado de todo, me ha mandado decir a V. S. que ha estimado esta noticia, y que le agradece a V. S. el celo y eficacia con que se ha conducido en este asunto. Lo que de su real orden participo a V. S. para su inteligencia y satisfacción. Dios guarde a V. S. muchos años.

            Aranjuez, 15 de junio de 1773.

            Manuel de Roda a José Moñino.

*Selección y transcripción de Enrique Giménez López, 2017, bajo licencia Creative Commons “Reconocimiento – No comercial”. El autor permite copiar, reproducir, distribuir, comunicar públicamente la obra, y generar obras derivadas siempre y cuando se cite y reconozca al autor original. No se permite utilizar la obra con fines comerciales.

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CARLOS III. LOS FRANCISCANOS Y LA REAL CÉDULA A FAVOR DE LOS CHUETAS MALLORQUINES. 1783.

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El Provincial de los franciscanos mallorquines, fray Guillermo Cabanillas, informa al Consejo que ha ordenado a los miembros de su comunidad la estricta obediencia a la Real Cédula que daba libertad de movimientos a los judeoconversos mallorquines, conocidos como chuetas, y se prohibía insultos y maltratos, » con particular encargo para que en los sermones, pláticas doctrinales, en el confesionario, y en los estudios se explique y manifieste ser perniciosa la práctica de aborrecer a dichos vecinos».

* (España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte A, H, N. Consejos legajo 37.119)

1783 1 15 FRANCISCANOS Y CHUETAS (2)

1783 1 15 FRANCISCANOS Y CHUETAS (2)

Muy Sr. mío. Recibí con fecha de 17 de diciembre último la Real Cédula de día 10 del propio mes y año por la cual se manda que a los individuos del Barrio llamado de la Calle de esta Ciudad de Palma, en este Reino, no solo no se les impida habitar en cualquiera otro sitio de la Ciudad o Isla, sino que se les favorezca y conceda toda protección, y que no se les insulte ni maltrate; lo que hice saber a los prelados y Conventos de mi jurisdicción con particular encargo para que en los sermones, pláticas doctrinales, en el confesionario, y en los estudios se explique y manifieste ser perniciosa la práctica de aborrecer a dichos vecinos, y declamar contra ellos, haciéndoles odiosa su propia conversión, con lo demás que me previene V. S. de orden de Su Majestad y Real Consejo, lo que con todo cuidado y vigilancia haré cumplir y guardar. Lo noticio en respuesta de su aviso para que lo traslade a la Superioridad.

Dios nuestro Señor guarde a V. S. los felices años que puede, y deseo.

Palma del Reino de Mallorca, 15 de enero de 1783.

Su más atento seguro servidor

Fray Guillermo Cabanillas, Provincial de Mínimos de Mallorca a Pedro Escolano de Arrieta.

*Selección y transcripción de Enrique Giménez López, 2017, bajo licencia Creative Commons “Reconocimiento – No comercial”. El autor permite copiar, reproducir, distribuir, comunicar públicamente la obra, y generar obras derivadas siempre y cuando se cite y reconozca al autor original. No se permite utilizar la obra con fines comerciales.

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CARLOS III. INFORME DE SIMÓN DE ANDA SOBRE LA ACTITUD DE LOS FRANCISCANOS EN FILIPINAS DURANTE LA GUERRA DE LOS SIETE AÑOS. 1769.

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El que fuera oidor de la Audiencia de Manila y Gobernador de Filipinas entre 1762 y 1764, y que volvería a ocupar ese cargo en 1770, informa a petición del Consejo de la actitud leal a la monarquía de los franciscanos en Filipinas durante la Guerra de los Siete Años con Inglaterra, en contraste con la colaboración de los jesuitas con los ingleses en 1762 durante la toma de Manila. Simón de Anda apoya la pretensión del franciscano fray Bernardo del Corral a una capellanía que los jesuitas servían hasta su expulsión en la fortaleza de Zamboanga, en la isla de Mindanao.

* (España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte  A. G. S. Gracia y Justicia legajo 690)

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1769 7 4 FILIPINAS FRANCISCANOS

Señor.

Fr. Bernardo del Corral, de los Descalzos de N. P. S. Francisco de la Provincia de San Gregorio de Filipinas, ha acudido al Consejo en el Extraordinario exponiendo el celo que desde el año de 1752 ha manifestado en la predicación del Evangelio, en honor de la Corona, y en servicio de V. M. en aquellas Islas, especialmente en las de Mindanao con  motivo de las invasiones de los Mahometanos y la última de la ingleses, durante las cuales dice tuvo que sufrir mucho por parte de los Regulares de la Compañía extrañados, a causa de los socorros que facilitaban a los enemigos en las Plazas de Manila y Cavite, y en otros parajes.

Explica las instancias que antes ha hecho a V. M.  en solicitud de varias concesiones compatibles con el servicio a V. M. y el alivio de dos hermanas a quienes desea socorrer; pero habiendo quedado vacantes por la expulsión de dichos Regulares las Capellanías de dos de éstos servían en una fortaleza o Presidio con el título de Nuestra Señora del Pilar, llamado comúnmente Samboangan, situado en la referida Isla de Mindanao, solicita se le conceda la Capellanía mayor de dicho Presidio, con la asignación anual de 500 pesos y 100 fanegas  de arroz con cáscara de a 48 gantas, permitiéndole tener en su compañía  un religioso de su Orden y Provincia a elección suya con el situado de 250 pesos y 100 fanegas de arroz anuales.

En su vista, y de lo expuesto por el Fiscal de V. M. Pedro Rodríguez Campomanes, se remitió esta instancia a D. Simón de Anda y Salazar para que informase acerca de ella lo que se le ofreciese y pareciese, como lo ejecutó en esta forma:

Ilmo. Sr. Devuelvo a V. I. la instancia original del P. Fray Bernardo del Corral que de orden del Consejo se sirvió V. I. remitirme en papel de 26 de febrero de este año para que sobre su contenido informe lo conducente para la plena inteligencia del Consejo, y en su cumplimiento digo: que en cuanto a los servicios que esta parte dice hizo desde el año de 52 hasta que fueron los ingleses, no puedo dar razón, porque no me hallaba en Manila, pero los tengo por ciertos, mediante constarme ser los Padres Franciscanos los que administran en lo espiritual la Provincia de Fayabas y ser esta frecuentemente acometida por los Moros, en cuyos apuros son los PP. los que tienen que ayudar y esforzar a los Indios para su defensa, y siendo como es cierto que este P. sirvió de Ministro doctrinero en aquella Provincia es regular lo que representa en el asunto.

Por lo que mira a los servicios de en tiempo de la Guerra (que es de lo que puedo hablar) dio que hallándome al principio de ella sin soldados, armas, ni pertrecho alguno, y en la precisión por mi empleo de defender por mi empleo aquellos dominios, me valí de todos los medios que permitió la necesidad, y viendo que el enemigo era dueño del Rio de Manila, navegable hasta la Provincia de la Laguna de Bay y Tayabas; y que yo no tenía fuerzas algunas en aquel tiempo par embarazarle el paso fue preciso conmover  y animar a los Indios de ellas, para lo cual me valí d los mismos Padres como inteligentes en el idioma del País, y a quienes obedecen aquellos naturales, nombrando como de hecho nombré, y despaché títulos en forma del modo siguiente: al P. Fr. Francisco Rosado de Brozas de Comandante de la Provincia de la Laguna, con el nombre de D. Francisco de Toledo; al P. Fr. Francisco de Torrecilla el de Ayudante mayor de la misma Provincia con el nombre de D. Francisco de Salazar; al P. Fr. Bernardo del Corral de Comandante de las Provincias de Balayan, Cavite, y Fondo con el nombre de D. Juan de Laras. A Fr. Miguel Victoria el de Capitán de Infantería, con el nombre de D. Miguel de Valladolid; a Fr. Manuel de la Puebla el de Capitán de Caballería, con el nombre de D. Pedro de Lara; a Fr. Miguel Pardo lo mismo con el nombre de D. José García, y a Fr. Antonio de Toledo el de Capitán con el propio nombre.

Se armaron a su uso los naturales con flechas y lanzas, y se pudieron en movimiento estas Provincias, dirigiéndose a Manila, donde se hizo correr la voz de que con la gente del Rey iban 20.000 Bojolanos, gente feroz y muy aguerrida, con lo cual se consternaron los ingleses y sirvió mucho esta expedición para contenerlos, hasta que los PP. de la Compañía les dieron entrada en sus Pueblos, y de ellos se internaron en la Provincia de la Laguna, de donde costó mucho arrojarlos.

En estos encuentros, sabiendo que los PP. seguían el partido de lo enemigo, di orden para prender al hermano Olegario Llorentí, Coadjutor de la Hacienda de Calamba, porque negaba los víveres a los del Partido del Rey, y es cierto que la prisión la hizo el P. Corral, como también lo es cuanto refiere en su representación acerca de los excesos de los expresados Padres contra el partido de S. M., y que por haberse seguido este Padre con los de su religión, exceptuando dos o tres, se declaró contra todos, especialmente contra el referido, después que tomamos posesión de la Plaza, una nueva Guerra, y persecución tan viva que a no haberme Comisionado por el nuevo Gobernador para serenarla, hubieran sido muy escandalosas sus resultas.

Concluyo con que me consta, porque lo vi, que esta parte como buen Vasallo, acreditó su fidelidad y celo al Real servicio en los lances tan estrechos en que nos vimos con el enemigo, por lo que le contemplo acreedor a que S. M. le atienda en su pretensión que me parece arreglada, pues siendo dos los Padres Franciscanos que se han de mantener, no es excesivo el estipendio que pide, no teniendo estos ni usando el arbitrio del comercio que los expulsos; Esta idea puede ser muy útil al servicio del Rey y de aquellas Islas haciendo dos encargos particulares a este Padre en nombre de S. M.: uno es el beneficio de la canela de que se componen los abundantes montes de Mindanao; otro es que se instruya del gobierno interior de este Reino y del de Joló, dando cuenta al Gobierno de Manila para que así se arbitren medios de ponerles freno, pues son nuestros declarados enemigos, que con sus piraterías y cautiverios destruyen las Islas.

*Selección y transcripción de Enrique Giménez López, 2017, bajo licencia Creative Commons “Reconocimiento – No comercial”. El autor permite copiar, reproducir, distribuir, comunicar públicamente la obra, y generar obras derivadas siempre y cuando se cite y reconozca al autor original. No se permite utilizar la obra con fines comerciales.

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