CARLOS III. OPINIÓN DEL OBISPO DE MALLORCA SOBRE LOS MAGISTRADOS DE LA AUDIENCIA. 1787

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Pedro Rubio-Benedicto Herrero, Obispo de Mallorca desde 1778, informa con carácter reservado a Floridablanca de los seis magistrados de la Audiencia, de quienes destaca sobre todo su moralidad y espíritu religioso, con alguna reticencia hacia el comportamiento del Regente Jorge Puig, quien “se divierte y pasea las calles con poco decoro”.

(España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte A. G. S. Gracia y Justicia legajo 822)

            Exmo Señor.

            Muy Sr. mío: es para mí muy arduo dar el informe que de orden de S. M. me pide V. Exma. De los Ministros de esta Audiencia, pero siéndome indispensable diré lo que se nota de cada individuo.

El Regente es activo y laborioso, pero se ocupa en asuntos que no le dejan tiempo para el estudio. Es hombre amante de la paz y mantiene en ella el tribunal, mas dicen que se divierte y pasea las calles con poco decoro.

D. Juan Bautista Roca, Juez Nacional y septuagenario, retiene el fondo de literatura y fortaleza en sus decisiones, en que siempre ha sobresalido; celoso, íntegro y desinteresado.

D. Pablo de la Hoz frecuenta los templos, oye la palabra divina y estudia con reflexión todo cuanto vota; es muy práctico en los derechos municipales y tiene un gran conocimiento en las materias litigiosas, y hasta en la calidad de los litigantes. Haría un buen Regente de esta Audiencia.

D. Pedro Moscoso es más que sexagenario, práctico en nuestro Derecho, pero remoto en el de los Romanos y en el Municipal de este Reino. Hace cuanto puede, pero se le resiste, y haría un buen ministro en cualquiera otro tribunal o Audiencia.

D. Juan José Salaberri es soltero y joven, pero se trata con honor y, recién venido, da esperanzas de que será un juez decentemente instruido, imparcial y justificado.

Más nuevo en este Tribunal Regio es D. Tomás Parayuelo, que manifiesta instrucción y celo, aplicación y retiro de diversiones y pasatiempos.

En general puede V. E. informar al Rey que terminadas las contiendas originales de este Reino éste su Tribunal generalmente ha sido reconocido por justo, e incapaz de soborno. Que si en alguno de sus Ministros se ha notado algún defecto ha sido y es algún accidente de que apenas está libre el hombre de más sustancia, porque no hay sustancia sin accidentes. Así lo he reconocido, y así lo siento para satisfacción del Rey que la tendría sin duda en saber que hace más de ocho años que todo este Reino vive en tanta paz como si jamás hubiese habido el menor disidio, y que no saca jamás la cabeza ningún renuevo del pecado original de este País. Póngame V. E. a los píes de S. M. y V. E. por sí mismo ompóngame las órdenes de su agrado.

Palma y julio 18 de 1787.

Pedro, Obispo de Mallorca, a Conde de Floridablanca.

*Selección y transcripción de Enrique Giménez López, 2017, bajo licencia Creative Commons “Reconocimiento – No comercial”. El autor permite copiar, reproducir, distribuir, comunicar públicamente la obra, y generar obras derivadas siempre y cuando se cite y reconozca al autor original. No se permite utilizar la obra con fines comerciales.

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