FELIPE V. JUAN LERÍN BRACAMONTE NUEVO FISCAL DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA, 1737
Para ocupar la Fiscalía de la Chancillería de Granada tras el ascenso de Matías Chafrión a Oidor, fue nombrado Juan Lerín Bracamonte, que era Fiscal de la Audiencia de Sevilla, para cuya vacante fue nombrado Juan de Miranda. Lerín llegaría a ser Consejero de Hacienda en 1764 y de Castilla en mayo de 1767, mientras que Juan de Miranda también ocuparía plaza en el Consejo de Castilla en septiembre de ese mismo año.
(España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte A. G. S. Gracia y Justicia legajo 146)
Fiscalía de la Chancillería de Granada vacante por ascenso de D. Matías Chafrión a Plaza de Oidor de ella.
En 1º lugar D. Juan Lerín Bracamonte.
En 2º D. José Aparicio.
En 3º D. Juan de Miranda y Oquendo.
D. Manuel Martínez Carvajal informa que el primero es Fiscal de la Audiencia de Sevilla, sujeto de habilidad, y que desempeña con gran crédito su empleo.
Que el segundo es Colegial en el mayor de San Bartolomé, y Catedrático de Instituta en Salamanca. Sujeto de más que regular aplicación y literatura, juicio, prudencia, retiro y costumbres.
Que el tercero es primer opositor a las Cátedras de Leyes de Salamanca, sujeto de singular habilidad, mucho lucimiento, y esplendor, y según ha entendido, de circunstancias que ha muchos años que la Universidad no ha tenido Profesor igual.
D. Francisco Núñez de Castro dice que tiene informes fidedignos de que el primero de ha granjeado grandes créditos de habilidad y literatura en la Fiscalía de Sevilla, que ejerce, y ha desempeñado con universal aplauso.
Que del segundo tiene informes seguros, y todos conforman en ser sobresaliente en todas las buenas partes que pide el Ministerio, mayormente en literatura y retiro.
Que del tercero le informan, ponderándole es singular en habilidad, literatura, y lucimiento, extendiéndose a que en muchos años no ha habido en la Universidad cosa más especial.
*Selección y transcripción de Enrique Giménez López, 2017, bajo licencia Creative Commons “Reconocimiento – No comercial”. El autor permite copiar, reproducir, distribuir, comunicar públicamente la obra, y generar obras derivadas siempre y cuando se cite y reconozca al autor original. No se permite utilizar la obra con fines comerciales.
El Tiempo de los Modernos en el siglo XVIII 