Día: 27 marzo, 2019

CARLOS III. REPRESIÓN DEL MOTÍN DE ZARAGOZA. 1766.

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El Capitán General de Aragón informa al Secretario de Estado que tras catorce días de sesiones de mañana, tarde y noche de la Audiencia, han sido condenados a muerte por el motín acaecido en Zaragoza once de sus cabecillas por «incendiadores de las casas, saqueadores y ladrones de ellas, tumultuadores del Pueblo, y con todas cuantas malas propiedades se puedan discurrir de un hombre humano», y muchos los encarcelados y los castigados a azotes, enviados a los presidios de África y al destierro. Zaragoza, 19 de abril de 1767.

* (España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte A. G. S. Guerra Moderna legajo 578)

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Exmo. Sr.

Muy Sr. mío: he recibido las cartas de V. E., las dos con fecha de 15, contestando las noticias en que comuniqué los progresos de todo cuanto iba ocurriendo en el Tumulto de esta Ciudad en fechas de 11 y 12, en las que me manifiesta V. E. lo agradables que han sido al Rey mis esmeros y aplicación en procurar restablecer con prontitud el buen orden de Gobierno interrumpido con el motivo del pasado motín, en cuyo particular me he dedicado a contarlo de raíz, no sin la esperanza de que muy presto he de avisar a V. E. que así en Zaragoza como en todo Aragón se tiene aquel sosiego y quietud que antecedentemente se experimentaba.

Por lo que mira a la Tasa de Granos, y prohibición de su extracción del Reino, debo decir que en el mismo correo que hice presente a V. E. la intención en que estaba de publicarla en todo Aragón, se lo avisé al Obispo Gobernador para que lo participase al Consejo, y por el correo del día 15 practiqué lo mismo comunicándoselo al Conde de Aranda; pero sin embargo me pareció muy de mi obligación el avisarlo a V. E.

Descendiendo al particular de los delincuentes, tengo la plena satisfacción de poder decir a V. E. que hasta el día de hoy son once los que se han castigado con la pena capital, y todos ellos capataces cabezas del Motín, los que fijaban los pasquines, y todos incendiadores de las casas, saqueadores y ladrones de ellas, tumultuadores del Pueblo, y con todas cuantas malas propiedades se puedan discurrir de un hombre humano.

Son muchos los presos que están en las cárceles por este feo delito, cuyas causas se siguen con toda celeridad, y son bastantemente los castigados con la pena de azotes, Presidios de África, y destierros, y se libertan a muchos que aunque se cogieron en la confusión del Motín, no les ha resultado la menor culpa.

La Audiencia ha concurrido 14 días al Palacio de mi residencia por la mañana, tarde y gran parte de la noche, y haciéndome cargo que los reos más principales estaban castigados, que la vindicta pública estaba en mucha parte satisfecha, que se padecía mucho atraso en las dependencias de Justicia, le he dicho al Regente que concurra con los Ministros a las Casas de la Audiencia, y que allí se empleen las dos primeras horas en los asuntos de Justicia y Gobierno que ocurran, y lo restante de la sesión, y más si fuese menester, en el despacho de los reos de tan infame delito; y por el deseo grande que tengo de extinguir tan perniciosa gente, procuro no perder instante con el fin de que no quede memoria de ellos, que no se apara mayor horror y escarmiento de los Siglos; y atendiendo que pueden alentarse algunos malhechores fugitivos creyendo que no se miran con igual seriedad las Causas, tengo intención de asistir algún día a la Audiencia para que vea el Pueblo se continúa en perseguir tan infame canalla.

Continua la tropa en el cuidado y resguardo de la Ciudad, pero con menor fatiga, porque la necesidad no es tanta, y es razón se le de algún descanso; y esto mismo practico con los honrados Labradores celadores de la Ciudad, los que patrullan día y noche, alternando respectivamente las cuadrillas.

Tengo por cierto que todo el Reino está sosegado desde el mismo instante que se publicó la Tasa, porque siendo así que en los días antecedentes, a toda hora y a todo instante venían propios y Memoriales de los Lugares, incesantemente se experimenta que en estos dos días últimos no se ha hecho ningún recurso, que es la prueba más cierta de la Paz y sosiego en los Pueblos, y de lo que arredran y contienen los castigos.

Nuestro Señor guarde a V. E. muchos años como deseo.

Zaragoza, 19 de abril de 1767.

Marqués de Castelar a Marqués de Grimaldi.

*Selección y transcripción de Enrique Giménez López, 2017, bajo licencia Creative Commons “Reconocimiento – No comercial”. El autor permite copiar, reproducir, distribuir, comunicar públicamente la obra, y generar obras derivadas siempre y cuando se cite y reconozca al autor original. No se permite utilizar la obra con fines comerciales.

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