Día: 28 febrero, 2023

CARLOS IV. PRONÓSTICOS PARA 1808 DE REVOLUCIÓN EN ESPAÑA DEL JESUITA LUENGO. 1808

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El jesuita exiliado Manuel Luengo iniciaba su diario correspondiente a 1808 con los peores presagios. Pronosticaba, desde su punto de vista reaccionario, que en el año que comenzaba la conspiración de los jacobinos franceses y los francmasones daría inicio a una revolución en España que pondría fin a la monarquía de Carlos IV, valiéndose para ello de las tropas que Napoleón ha introducido en España

(España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte Archivo Histórico de Loyola, Diario de Manuel luengo, Tomo XLII)

            En los dos años antecedentes de seis y siete del presente siglo decimonono, hemos dado principio a nuestro Diario con pronósticos funestos para Roma, y aún para España, y hemos mostrado grandes temores de su abatimiento y de su ruina. La de España no se ha visto porque no ha llegado el caso de la muerte del presente Monarca, y ya, como cansados de esperarla los que la desean y promueven, han llevado las cosas a tales términos que es casi evidente que en este año de ocho en que entramos, viva o muera el inocente y piadoso Carlos IV, será abatido su trono, despedazada y arruinada la Ilustre Monarquía española. Me acuerdo de haber sabido, muchos años ha, por canal seguro, y lo notaría en este escrito hacia los años de noventa y seis o noventa y siete, que en Madrid, en una lonja, sala o Junta de Jacobinos o francmasones, se había tratado con mucha seriedad de la manera de hacer la revolución en España, si la harían por sí solos los españoles, o si la harían valiéndose de los franceses; y se escogió este segundo modo, y quisieron ponerle en práctica el año primero y segundo del siglo, dando principio a la revolución en el Reino de Valencia, y teniendo no poca tropa francesa dentro de España, y especialmente en Castilla la Vieja. No prendió bien el fuego de la rebelión o revolución valenciana, y no se aficionaron en Castilla a revoluciones, ni se movieron con la presencia de los franceses, y la cosa no tuvo efecto, y la tropa francesa, hecha la paz con los ingleses, se volvió a Francia el año siguiente. Ahora está todo en mejor disposición para emprender con buen suceso una revolución en España, y trastornar con ella el trono. Por tanto, viendo la Nación cada día más débil y más disgustada, el Rey sin tropa, la Corte sin paz y sin vigor, y llena España de tropa francesa, no puedo menos de temer mucho, y casi tener por cierto, viva o muera Carlos IV, que en este año octavo del Siglo sea abatido el Trono y trastornada la Monarquía; y puede ser que, aunque se haga la revolución, robando mucho los franceses, se derrame en ella poca sangre española, y se logre esta ventaja por la cual se movieron a determinar que se hiciese la revolución, valiéndose de la tropa francesa.

*Selección y transcripción de Enrique Giménez López, 2017, bajo licencia Creative Commons “Reconocimiento – No comercial”. El autor permite copiar, reproducir, distribuir, comunicar públicamente la obra, y generar obras derivadas siempre y cuando se cite y reconozca al autor original. No se permite utilizar la obra con fines comerciales.

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