Día: 8 diciembre, 2021

CARLOS IV. EL MÉDICO REAL JOSÉ MASDEVALL Y LA EPIDEMIA DE VIRUELA EN ORIHUELA. 1800

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El médico de cámara del Rey, José Masdevall, afirmaba haber descubierto un método, contrario a la inoculación, que curaba la viruela. Al sufrir Orihuela una epidemia de la enfermedad, Masdevall solicitó enviar a aquella ciudad a un médico colaborador suyo para que aplicase su método y demostrar así su eficacia. Para ello debían abonarse dietas a dicho facultativo y correr con los gastos de su desplazamiento. El Consejo de Castilla consideró que antes de su dar su aprobación Masdevall debía dar a conocer su método, y que sería conveniente que previamente lo ensayase con los enfermos de viruela ingresados en el Hospital General de Madrid.

(España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte A. H. N. Consejos libro 1.970)

                                                                       Señor

            Con Rl. Orden de seis de noviembre del año próximo pasado de mil setecientos noventa y nueve se remitió al Consejo un memorial del primer Médico de Cámara de V. M. D. José Masdevall sobre un método y específico con el que pretende curar toda epidemia de viruelas, y la proposición que hace de enviar un facultativo a la ciudad de Orihuela donde está y se experimenta para comprobar su método, a fin de que lo examine y consulte a V. M. lo que se le ofrezca y parezca.

            En el citado memorial expone el referido D. José de Masdevall que, habiendo visto por la representación que se había pasado a informe a la Junta de la facultad reunida, los estragos que estaba ejerciendo actualmente en la ciudad de Orihuela, Reino de Valencia, una mortífera epidemia de viruelas, no podía menos que reproducir y hacer presente cuanto le tenía representado en punto al método seguro y específico para la feliz curación de dicha enfermedad que había descubierto, siéndole muy sensible la pérdida de tanto plantel de población todos los años a la violencia de la misma enfermedad, y de las epidemias de viruelas que eran mucho más frecuentes desde que se había introducido tanto la inoculación, la cual para nada necesitábamos, pues que aplicando su método curativo desde luego que se presentaba la calentura variolosa quedarían curados todos los enfermos que siguiesen debidamente dicho su método, el cual era sumamente fácil de ejecutar y poner en práctica.

            Que esta epidemia de Orihuela presentaba una buena ocasión para que el público conociese la eficacia y seguridad del citado método curativo enviando a aquella ciudad un profesor hábil y que lo hubiese practicado en otras ocasiones; que entre los discípulos y profesores a quienes había comunicado el expresado método, y que lo habían puesto en práctica con toda felicidad, debía contarse el Dr. D. Juan Bahy, médico de número que había sido de los Reales Ejércitos y secretario del exponente en la Comisión de V. M. se sirvió encargarle en el Ejército de campaña de Cataluña durante la guerra contra la nación francesa, el cual vivía en la ciudad de Barcelona, y había merecido a la piedad de V. M. la gracia de Catedrático del Real Colegio de Burgos de la facultad reunida; que a éste, pues, sabio facultativo podría dársele la comisión de pasar a Orihuela con el fin que se aplicase allí el referido método, juntando primeramente en presencia de la Justicia y de aquel Corregidor todos los facultativos de aquella ciudad y demás gentes literatas y sabias que quisiesen concurrir en aquella Junta, en la que explicará en que consistía el enunciado método, los simples de que se componía, y las miras e ideas particulares que el exponente había tenido para hacer la combinación de aquellos ingredientes, con la cual, con tanta seguridad y tan prontamente se curaba dicha mortífera enfermedad, encargándose al citado Corregidor hiciese seguir las curaciones a los médicos y cirujanos de la referida ciudad, y así mismo a aquel Rdo. Obispo que mandase también a dos eclesiásticos o curas párrocos para que presenciasen el curso de dichas enfermedades y pudiesen así testificar el feliz e infeliz éxito de cada uno de aquellos enfermos por ser los médicos más seguros para que V. M. y el público quedasen cerciorados de los efectos de los indicados remedios; que estas pruebas y experiencias ni un dinero siquiera habían de costar al Real Erario, pues sólo había que pagar las dietas que consumiese el facultativo para la expresada comisión, que debería extenderse a todos los pueblos de aquel Partido en los cuales se hubiese introducido la epidemia, cuyas dietas podrían pagarse de los fondos de Propios y Arbitrios de aquella ciudad, cuyos productos gastaban los pueblos muchas veces inútilmente, y a lo menos en cosas que ni con mucho eran tan útiles como estas que tiraban a conservarnos la más apreciable riqueza que era una numerosa y abundante población, de que tanto necesitábamos. Que dichas dietas, según lo caro que estaban las cosas en el día, parecía que se le debían contar a razón de ochenta reales de vellón al día, dándosele además alguna gratificación por los gastos del viaje de ida y vuelta, dándose orden al Corregidor y Ayuntamiento de la referida ciudad de Orihuela para que se las fuesen pagando a proporción de que las necesitase, y esto en dinero físico, y no en Vales Reales, con los cuales no podría viajar ni mantenerse; que al mismo tiempo se debería dar orden al Capitán General de Cataluña para que le mandase salir de orden de V. M. a dicha comisión, dándole el correspondiente pasaporte a la misma, y mandándole que todos los correos diese parte al exponente del estado de aquella epidemia, de las curaciones que consiguiese, y de las que no pudiese verificar; y que así mismo se arreglase a las instrucciones que le fuese dando en estos particulares.

            Esta Representación mandó el Consejo pasarla al Fiscal de V. M. D. Gabriel de Achutegui, quien en respuesta de diez y seis de diciembre último dijo que no sólo no hallaba el menor inconveniente en que se llevase a efecto la propuesta del primer Médico de V. M. D. José de Masdevall, pasando a Orihuela en los mismos términos que lo indicaba el profesor que en ella nombraba, sino que entendía que debía hacerse inmediatamente en obsequio de la humanidad y del bien público.

            Que los términos en que se explicaba dicho primer Médico, y el puesto que ocupaba, dejaban esperar las ventajas que ofrecía, que podrían perfeccionarse con la comunicación de luces y noticias que le fuese remitiendo el profesor Comisionado.

            Que el Consejo, pues, siendo servido, podría consultar a V. M. que la propuesta era muy conforme a vuestras Reales intenciones, manifestadas en el expediente sobre nombramiento de Médico de epidemias, y que sería muy propio de vuestro amor paternal a vuestros vasallos el llevar a efecto la propuesta de D. José de Masdevall, con la prevención de que si las operaciones del Comisionado, con intervención, como estaba propuesto, del Rdo. Obispo, Regidores y demás, produjesen las ventajas que se esperaban, debería vuestro primer Médico extender y publicar su método para hacerle universal.

            El Consejo, Señor, ha examinado con particular atención cuanto manifiesta el primer Médico de Cámara de V. M. D. José de Masdevall, y como éste no insinúa de qué se compone su específico o método curativo, no ha podido tomar las noticias necesarias para venir en perfecto conocimiento de su utilidad.

            No hay duda de que si los efectos de dicho específico fuesen tan ciertos como supone debía adoptarse desde luego, pero sin duda no lo son cuando quiere sujetarlos a la experiencia, porque de lo contrario, por razón de su ministerio y en beneficio de la humanidad, debía publicarlo.

            El medio que propone de enviar Comisionado a Orihuela con el salario de ochenta reales diarios y coste de ida y vuelta, sacándose estas sumas de los caudales de Propios de los pueblos, es muy expuesto y gravoso, porque estos efectos se hallan sobrecargados y destinados a otros objetos no menos interesantes, por cuyo motivo dicha experiencia debería practicarse por otros medios. En la Corte le tiene muy particular D. José de Masdevall para los fines que indica de que los facultativos observen su método curativo y vean sus progresos. El Hospital General proporciona todos los medios adaptables para el intento, porque en cualquiera de sus salas se pueden poner con separación los enfermos virolentos y observar si de la aplicación del remedio se consiguen los efectos que se prometen, en cuyo caso y constando por informe de los facultativos que se empleen en esta operación lo eficaz y necesario de dicho remedio para la curación de las viruelas que tanto daño ocasiona a la humanidad, podría adoptarse, y aún encargarse a los pueblos del Reino, que usasen de él en los respectivos casos; por todo lo cual es el Consejo de dictamen que se desestime la pretensión del mencionado D. José de Masdevall. V. M., sin embargo, resolverá lo que fuese de su Real agrado.

Madrid, y enero 27 de 1800.

Resolución de S. M.: Como parece.

Publicación: publicada en el Consejo en 5 de marzo de 1800, se acordó su cumplimiento y que se ponga certificación en el expediente.

*Selección y transcripción de Enrique Giménez López, 2017, bajo licencia Creative Commons “Reconocimiento – No comercial”. El autor permite copiar, reproducir, distribuir, comunicar públicamente la obra, y generar obras derivadas siempre y cuando se cite y reconozca al autor original. No se permite utilizar la obra con fines comerciales.

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