CARLOS III. PRIMERA AUDIENCIA DE GRIMALDI COMO EMBAJADOR EN ROMA. 1777

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Pese a ser nombrado embajador de España ante la Santa Sede en noviembre de 1776 hasta el 1 de diciembre de 1777 no llegó Grimaldi a Roma, y el 3 tuvo su primera audiencia donde manifestó a Pío VI que tres eran sus objetivos: “impedir el restablecimiento de la publicación de la Bula de la Cena; de que jamás llegue a reunirse directa ni indirectamente la orden llamada Compañía de Jesús; y de que sea favorable la decisión de la Causa del Venerable Palafox”. En parte de la audiencia estuvo acompañado de José Nicolás de Azara, en quien pensaba delegar parte de los negocios.

(España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte A. G. S. Estado legajo 5.053)

            Exmo. Sr.

            Muy Sr. mío: el lunes 1º del corriente al anochecer llegué a esta Capital, donde hallé una carta de V. E. con fecha de 21 de octubre en que se sirve de incluirme la Credencial para el Santo Padre. Esta contiene expresiones tan honoríficas y tan favorables a mí, que no puedo ni debo dejar de pedir a V. E. que al ponerme a los pies de S. M. le manifieste mi profundo reconocimiento por esta nueva prueba de la bondad con que siempre se ha dignado de honrarme y distinguirme.

            Avisé luego al Secretario de Estado del Papa de mi arribo, pidiéndole hora para hacerle mi visita, entregarle la copia de la Credencial, según estilo, y saber cuándo podría presentarme a Su Santidad. Dispuso aquel Ministro, de acuerdo con el Santo Padre, que fuese yo el martes por la noche a su cuarto para subir inmediatamente a mi primera Audiencia, queriendo en esto manifestar la atención de evitarme dos viajes a Palacio. Así lo ejecuté y después de entregar la Credencial a S. B., empecé por manifestarle el ardiente interés con que miraba el Rey todos los asuntos concernientes a la pureza de nuestra Religión y al bien de la Iglesia, y el vivo deseo que tenía de que se hallase S. S. tan persuadido de ello como del afecto y particular veneración con que ha mirado y mira su Sagrada Persona. Respondiome, con frases sumamente expresivas, que estaba muy seguro del Cristiano y noble modo de pensar de S. M., y que en cuantas ocasiones se le presentasen daría evidentes pruebas de la inclinación que profesa a un Rey tan grande y pío, y a una Nación tan adicta a la Santa Sede.

            No era mi ánimo, ni me parecía conveniente entrar en materia de Negocios en la primera Audiencia; pero viendo que ésta excedía del tiempo regular (pues en efecto duró dos horas y media) y que el Pala, con la franqueza y cordialidad que manifestaba en sus expresiones, me incitaba en un cierto modo a hablar, tomé el medio término de verter varias máximas y proposiciones generales, relativas a la condescendencia que convenía tuviese S. S. en los asuntos que pudiesen interesar a las Cortes Católicas, y principalmente a la nuestra, y seguí hasta el fin la conservación dirigiéndola de modo que pudiese servirme de basa para empezar a tratar los tres principales Negocios, que de orden del Rey me encarga V. E., de impedir el restablecimiento de la publicación de la Bula de la Cena; de que jamás llegue a reunirse directa ni indirectamente la orden llamada Compañía de Jesús; y de que sea favorable la decisión de la Causa del Venerable Palafox. V. E. puede asegurar a S. M. que emplearé todo mi esmero y actividad en el buen éxito de ellos, y por tanto en estos asuntos, como en los demás de menor entidad que se hallan pendientes, o en otros que puedan ocurrir, me valdré de las luces y conocimiento práctico de D. José Nicolás de Azara, y algunas veces le encargaré los trate, ya que S. M. ha tenido la benignidad de acordarse de mis achaques habituales al concederme este permiso. Pedí licencia al Papa, antes de acabar mi conferencia, para hacer entrar a Azara; condescendió a ello muy gustoso, y estuvimos hablando juntos media hora. Antes y después me hizo S. B. remetidos elogios de él. Ponderándome su talento, instrucción, y buen trato, y lo satisfecho que se hallaba de su conducta.

            Deseo que la mía merezca el agrado de S. M., y que se me proporcionen motivos de acreditar a V. E. mi anhelo de obsequiarle. Nuestro Señor guarde a V. E. muchos años.

            Roma, 4 de diciembre de 1777.

            P. D. Olvidáseme decir a V. E. que S. S. ha señalado los viernes para mi Audiencia semanal.

            Duque de Grimaldi a Conde de Floridablanca.

*Selección y transcripción de Enrique Giménez López, 2017, bajo licencia Creative Commons “Reconocimiento – No comercial”. El autor permite copiar, reproducir, distribuir, comunicar públicamente la obra, y generar obras derivadas siempre y cuando se cite y reconozca al autor original. No se permite utilizar la obra con fines comerciales.

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