CARLOS III. LA BIBLIOTECA PÚBLICA DEL ARZOBISPO DE VALENCIA ANDRÉS MAYORAL. 1760
El Arzobispo de Valencia Andrés Mayoral (1938-1769) fundó una biblioteca pública del Palacio Arzobispal, que llegaría a contar con más de 12.000 volúmenes. Para su aprobación por el Consejo de Castilla se valoró positivamente el compromiso de la Compañía de Libreros e Impresores de Valencia, establecida en 1759, de entregar a la biblioteca un ejemplar encuadernado de todas las obras que costease la Compañía.
(España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte A. H. N. Consejos libro 1.929, ff. 210-211v)
Señor: con papel del Marqués de Campo de Villar de 22 de julio de este año se sirvió V. M. remitir al Consejo un Memorial del Arzobispo de Valencia porque sobre su contenido consulte a V. M. su parecer.
En el Memorial expone que el numeroso concurso de estudiantes de la floreciente Universidad de aquella Ciudad y la grande aplicación que se advertía en sus naturales y de aquel Reino a todo género de literatura que debía promover por todos los medios posibles como Canciller que era de dicha escuela y Prelado de sus Diócesis le hizo entrar muchos años hacía en el designio de formar a sus costas una Librería o Biblioteca pública para que con su estímulo pudieran todos. y especialmente los más pobres de que más abundaba dicha insigne Universidad hacer los mayores progresos en sus respectivas facultades.
Que esta idea que desde luego descubría el beneficio grande que tanto en lo espiritual como en lo temporal podía producir al público de aquella Ciudad y Reinos de V. M. en que en considerable número acudían para seguir las carrera de sus estudios; tuvo efecto por un dichoso en el año pasado de 1759, siendo tan admirable los adelantamientos que se habían visto en este breve tiempo, y tan feliz el estado en que actualmente se encontraba que sin la menor ponderación podía decirse que así en el lugar que era una magnífica deliciosa e independiente pieza del mismo Palacio Arzobispal que estaba en el centro de la Ciudad en lo material y como de los estantes como más principalmente en el número y calidad exquisita de sus libros excedía hoy todas las que se hallaban en las demás Capitales de estos Reinos y podía competir en la mayor parte con la famosa de V. M. en esta Corte, y selecta del Real Monasterio del Escorial.
Que esta piadosa utilísima obra había merecido que Su Santidad la honrase con los más distinguidos apreciables elogios en la Bulla que se dignó expedir en este año pasado que se hicieran presentes en el Coro a los dos Beneficiados que se escogieron en aquella Metropolitana para Bibliotecarios determinadamente en las horas que se les señalasen para servicio del público, que ni se dudaba que lograsen igual aprobación y agrado de V. M. , como quien no respiraba sino por el mayor bien de sus amados vasallos, que era lo único que se tiraba a fomentar por tan seguro medio; pero que habiendo de ilustrarla tanto, y comodarla el último honorífico complemento que se deseaba a que V. M. se dignase manifestarlo confiriéndola algún noble distintivo, y ofreciéndose por otra parte la Compañía de Libreros que había en dicha Ciudad a poner voluntariamente en dicha Biblioteca un ejemplar de todos los libros y papeles que se fuesen imprimiendo.
Suplico a V. M. que por una señal de su nativa magnificencia y celo de que floreciesen por todos medios las letras en sus Reinos, se dignase hacer la gracia a dicha Biblioteca de que a semejanza de la que lograban las de esta Corte y Escorial en toda España, gozase perpetuamente un ejemplar de los libros y papeles que se imprimiesen en aquella sola Ciudad.
Hecha presente en el Consejo dicha real Orden, mandó se pasase a la vista del Fiscal de V. M., quien dijo que ciñéndose, como se ceñía, la pretensión a los libros y papeles que se imprimiesen solamente en la Ciudad de Valencia, a que parecía condescendía también la Compañía de Libreros que hay en ella y demás que se representaba, se hacía atendible la referida pretensión del M. R. Arzobispo, la que el Consejo, si gustase, podría hacer presente a V. M. para que así lo resolviese a lo que más fuese de su Real agrado.
Dado cuenta en el Consejo de este expediente en 11 de agosto de este año, se mandó que el M. R. Arzobispo de Valencia presentase en el consentimiento de la Compañía de Libreros de aquella Ciudad.
Y en su obedecimiento, por dicho R. Arzobispo se presentó en el Consejo un testimonio dado por Salvador Fauli como Secretario de la Compañía de Libreros e Impresores de dicha Ciudad de Valencia, su fecha en ella a 12 de septiembre próximo pasado, por el que consta que en la Junta general de dicha Compañía celebrada en casa de Juan Antonio Mallén en 7 del mismo mes, en que concurrían el mismo Mallén y Manuel Cavero y Cortés, Directores, Simón Faure, Depositario de libros y papeles, el dicho Salvador Fauli, Secretario, José Tomás Lucas y Pedro Miró, habiendo propuesto los Directores se determinó: que de todas las obras que costease la Compañía se diese un ejemplar encuadernado, aunque fuese de muchos tomos, para la Biblioteca pública del Palacio Arzobispal de aquella Ciudad, que había firmado su muy R. Arzobispo.
El Consejo, siempre en inteligencia de todo, es de parecer que V. M. se sirva conceder la gracia a dicha Biblioteca de la Ciudad de Valencia para que perpetuamente goce y se le haya de dar un ejemplar encuadernado de todas las obras que costee la Compañía de Libreros e Impresores de la referida Ciudad de Valencia solamente, y no de los que se imprimiesen en ella por los autores u otras personas particulares por el sumo gravamen que en esto se les considera, sin embargo de lo que V. M. se servirá resolver lo que fuere más de su real agrado.
Madrid y octubre 16 de 1760.
Resolución de S. M.: Como parece.
*Selección y transcripción de Enrique Giménez López, 2017, bajo licencia Creative Commons “Reconocimiento – No comercial”. El autor permite copiar, reproducir, distribuir, comunicar públicamente la obra, y generar obras derivadas siempre y cuando se cite y reconozca al autor original. No se permite utilizar la obra con fines comerciales.
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